Conjunto de esculturas que el artista barcelonés Jaime Plensa llama “Siete poetas” fue desplegado en el Principado de Andorra, con la ilusión de que habitantes y visitantes eleven la mirada en lugar de bajarla y que además se detengan en su interior y en el de los demás, pues las piezas tienen fondo translúcido y pueden cambiar de color. Plensa lo explica así: “La belleza y la solución están en el interior de cada uno, pero están escondidas y nos cuesta encontrarlas”. Las piezas son siete figuras humanas de entre 2 y 3 metros. Fueron sentadas a una altura de 12 metros, mirando hacia las montañas del lugar. El fondo translúcido produce los cambios de color durante la noche. Para Plensa, esto deriva en una “conversación” permanente entre las figuras porque, dijo, cada color es expresión de un estado interior diferente. Espera que ello contraste con las rutinas de la vida moderna, poco proclives a la reflexión, a la búsqueda interior y a la mirada serena al futuro.
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