Andorra es un pequeño país en superficie, que contrariamente a lo que pueda parecer, está lleno de rincones llenos de encanto. Uno de esos pequeños rincones perdido entre montañas, es la pequeña localidad de Pal, un pueblito de poco más de 200 habitantes que es famoso por ser uno de los mejores ejemplos de arte románico de todo Andorra. Sus casas de piedra y sus techos de pizarra dotan de colorido a las pequeñas calles del pueblo, creando junto al verde de las montañas (o blanco de la nieve en invierno) un paisaje de esos que quedan para el recuerdo. El pequeño pueblo de Pal, en la zona de La Massana, está considerado como uno de los conjuntos rurales más bellos y mejor conservados de todo Andorra. Desde 1997, forma parte de un plan para la protección de la arquitectura tradicional y la cultura andorrana.
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